martes, 12 de agosto de 2008

nosólocuentos…


Entre palabras de verdad y mentira, Pau, el duende de la Isla Perdida, me desvelaba el misterioso secreto del sueño encargado…
Mientras, Anso me miraba desconcertado, yo no podía dejar de repetirme la misma pregunta, qué hacía de nuevo aquí, en territorio de los de “Eraseunavez” donde no caben finales que no sean “ycomieronperdices” si mi firme propósito era ser de la tierra de los de “estoeraparaayer” y convivir con los de “estoesloquehay”. Pero ya no había vuelta atrás, ahora sólo podía pensar en conseguir ese sueño y ponerle fin al cuento.
… abrazada a Anso y a la aventura, inicié el viaje hacia el abismo Negro, perdiendo de vista cualquier vestigio de realidad…

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